El amor, la única fuerza creativa de Eric Butterworth

Un profesor universitario quiso que los alumnos de su clase de sociología se adentrasen en los suburbios de Boston para conseguir las historias de doscientos jóvenes. A los alumnos se les pidió que ofrecieran una evaluación del futuro de cada entrevistado.
En todos los casos los estudiantes escribieron: «Sin la menor probabilidad». Veinticinco años después, otro profesor de sociología
dio casualmente con el estudio anterior y encargó a sus alumnos un seguimiento del proyecto, para ver qué había sucedido con aquellos chicos. Con la excepción de veinte individuos, que se habían mudado o habían muerto, los estudiantes descubrieron que 176 de los 180 restantes habían alcanzado éxitos superiores a la media como abogados, médicos y hombres de negocios.

El profesor se quedó atónito y decidió continuar el estudio.
Afortunadamente, todas aquellas personas vivían en la zona y fue posible preguntarles a cada una cómo explicaban su éxito. En todos los casos, la respuesta, muy sentida, fue: «Tuve una maestra».

La maestra aún vivía, y el profesor buscó a la todavía despierta anciana para preguntarle de qué fórmula mágica se había valido para salvar a aquellos chicos de la sordidez del suburbio y guiarlos hacia el éxito.

—En realidad es muy simple —fue su respuesta—. Yo los amaba.

1 comentario:

  1. ¡Es tan sencillo! pero lo más simple no tiene "reitin". Hoy en día estudiamos mucho sobre educación, didáctica, etc. pero este tema, el amor, no aparece en ningún capítulo.La docencia no es solo tecnología. Bienvenida la tecnología pero si decimos, como se usa en estos días y en esta tierra ,decir "no estamos preparados para trabajar con estos muchachos" es que algo nos falta y no es precisamente la tecnología.

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